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martes, 21 de mayo de 2013

Libro: “Pedagogía del Oprimido”






Introducción

 En el siguiente trabajo se analiza el libro del Brasileño Paulo Freire denominado: “Pedagogía del Oprimido”, en el cual el autor pedagogo del siglo XX, critica el sistema tradicional de la educación y presenta una nueva pedagogía, donde los educadores en conjunto con los estudiantes trabajan para desarrollar una visión crítica del mundo en que viven en especial el sistema educativo, se trata entonces de comprender el modelo de ruptura propuesta desde su filosofía de la praxis y de la concienciación, presentado en un ensayo sobre el método que utilizó Freire para su pedagogía de alfabetización.


Pedagogía del Oprimido:

 Se trata de un libro dividido en cuatro capítulos. En el primer capítulo presenta la situación dicotómica actual que presenta el mundo, en cuyas sociedades y extensiones del Planeta se puede encontrar opresores y oprimidos. La pedagogía de Paulo Freire, siendo método de alfabetización, “cobra su existencia en la "praxis" humana, en una pedagogía en el que el esfuerzo totalizador de la "praxis" según expresado por el autor, tiene como representación animadora toda una dimensión humana de la educación como práctica de la libertad.

 Para Freire ésta es una de las dicotomía que encuentra inmersa en la sociedad, impidiendo de esta manera en gran medida el desarrollo humano, ya que una gran mayoría de oprimidos, vive reprimida según los preceptos de una minoría llamados opresores, que da muestra de poder, al hacer evidente esta situación, en este sentido Freire muestra su compromiso con el desarrollo y cumplimiento de los Derechos Humanos desde los primeros capítulos. 

 Este autor toma como basamento las técnicas “Inventadas o reinventadas” enfocadas en una misma dirección del pensamiento, resultan de la unidad que se trasluce en lo central del método y señala el sentido y el alcance de su humanismo: alfabetizar es concienciar, buscando con ello que tanto educadores y educandos, la práctica de la libertad enfocado en la educación, son simultáneamente educadores y educandos los unos de los otros.

 Según Freire “Esta enseñanza y este aprendizaje tienen que partir, sin embargo, de los “condenados de la tierra”, que para el son los oprimidos, de los desharrapados del mundo y de los que con ellos realmente se solidaricen, luchando por la restauración de su humanidad, sean hombres o pueblos, intentando la restauración de la verdadera generosidad.”

 De esta manera “la pedagogía del oprimido”, aquella que debe ser elaborada con él y no para él, muestra la unificación de hombres o pueblos en la lucha permanente de recuperación por la humanidad. En este sentido si el alfabetizado con ecuánime objeta su mundo, se reencuentra, y a su vez reencontrandose con los demás y en los otros compañeros de su pequeño círculo de cultura, logrando con esto encontrándose todos en el mismo mundo común y, de la coincidencia de las intenciones que los objetivan, se refleja en la comunicación, el diálogo que critica y promueve a los participantes del círculo, hasta lograr el empoderamiento. 

 En relación al capítulo II, todo lo relacionado a la concepción para Freire llamada “bancaria” de la educación como instrumento de opresión. Freire inicia su párrafo, refiriéndose a la realidad de la educación para ese entonces como “algo detenido, estático, dividido y bien comportado o en su defecto hablar o disertar sobre algo completamente ajeno a la experiencia existencial de los educandos, en donde el educador aparece como su agente indiscutible, como su sujeto real, cuya tarea indeclinable es “llenar” a los educandos con los contenidos de su narración. 

 Con lo anterior expuesto el estudiante se ubica como un receptor pasivo de información, desvinculado como ser humano de su realidad de la totalidad en que se desarrolla y en cuyo contexto adquieren sentido.

 Freire centra la narración, cuyo sujeto es el educador, conduce a los educandos a la memorización mecánica del contenido narrado. Más aún, la narración los transforma en “vasijas”, en recipientes que deben ser “llenados” por el educador. De este modo, la educación se transforma en un acto de depositar en el cual los educandos son los depositarios y el educador quien deposita.

 Esto nos lleva a la reflexión de que el ser humano en este caso un estudiante, no es solamente un despliegue por decirlo de algún modo, de patrones preprogramados, habiendo concordancia en un conjunto de investigaciones sobre algunas de las reglas que gobiernan o dirigen el aprendizaje, una de las más simples, por ejemplo es que la práctica incrementa el aprendizaje: en el cerebro, hay una relación similar entre la cantidad de experiencia en un ambiente complejo y el monto de cambio estructural.

En este sentido al mencionar que educadores y educandos, liderazgo y masas, co-intencionados hacia la realidad, se encuentran en una tarea en que ambos son sujetos en el acto, no sólo de descubrirla y así conocerla críticamente, sino también en el acto de recrear un conocimiento que sirve de enlace entre el profesor y el estudiante , tal como lo establece en la nueva reforma de la Ley de Educación (LOE) en el 2009, establece que la educación desarrolla el pensamiento crítico, reflexivo, a su vez debe ser protagónico y participativo, es decir el facilitador debe crear un ambiente donde facilite la interacción y el estudiante pueda desarrollar sus potencialidades de manera integral. 

 En el capítulo III y IV el autor se refiere a la “La dialogicidad: Esencia de la educación como práctica de la libertad”, analizando las teorías de la acción cultural que se desarrollan a partir de dos matrices, la dialógica y la antidialógica. En este sentido Freire refleja el diálogo, como fenómeno humano, enmarcada en dos dimensiones principales “acción y reflexión”, como método fundamental para educar en el diálogo abierto, teniendo en cuenta las necesidades del individuo, refleja al estudiante como protagonista de su propio aprendizaje, ubicando al profesor como un facilitador para que se dé el aprendizaje significativo.

 Por otro lado Freire describe la relación de educador y educando, dialógico- problematizador, en el contenido programático de la educación, menciona que no es una donación o una imposición, solo un conjunto de informes que han de ser depositados en los educandos, sino la devolución organizada, sistematizada. “No hay diálogo verdadero si no existe en sus sujetos un pensar verdadero, pensar crítico que, no aceptando la dicotomía mundo-hombres, reconoce entre ellos una inquebrantable solidaridad”. 

 “Una educación auténtica, no se hace de A para B o de A sobre B, sino A con B”. de ahí la importancia de establecer una relación en la que el que enseña reconoce que puede aprender de aquél al que va a enseñar, todas las personas implicadas en el proceso educativo, educan y a su vez son educadas, bajo el sustento humanista de la educación, donde impera el absoluto respeto por el ser humano.

Se necesita entonces de profesores interesados en la construcción humanízate y concienciación, por parte de los estudiantes con su ayuda, del significado y la comprensión de los contenidos que están aprendiendo; creando ambientes de aprendizaje que sean menos temibles y sumergiéndose en experiencias más complejas pero interesantes.


Conclusión

 En virtud del trabajo realizado se puede deducir:

 Se plantea que el proceso educativo no es neutral, sino que implica una acción, reflexión y cultura para la liberación o para la dominación, a su vez se reflejan dos tipos de educación: La domesticadora; la cual consiste en transmitir una conciencia bancaria de la educación, en este sentido se impone el saber al estudiante que permanece pasivo sin derecho a opinión, y la libertadora; la cual sigue la misma línea que la concientización, vista democrática centrada en el estudiante y a través de una práctica pedagógica, basadas en las comunicaciones educativas no son neutrales, sino que tienen lugar en un contexto sociopolítico, fomentando de esta manera en el estudiante la participación, la critica reflexiva y la construcción de su propio conocimiento.


Bibliografía

-PAULO FREIRE, por HUGO AMMANN. Pedagogia Del Oprimido, edic. Tierra negra y siglo XXI, Argentina editores, Buenos Aires,1972.

3 comentarios:

  1. Muy buen análisis maría, te felicito..

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  2. Gracias Juan Pablo por tu comentario...Me aparece una mezcla de diferentes tipo de letras en los párrafos, intento acomodar pero queda igual!!!

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  3. Muy bueno tú análisis, haciendo énfasis en la "praxis" humana, en una pedagogía en el que el esfuerzo totalizador de la "praxis" según expresado por el autor, tiene como representación animadora toda una dimensión humana de la educación como práctica de la libertad. Esto hace reflexión hacia nuestra practica como futuros formadores de la educación superior.

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